Samira Arellano
Braman las luces del rocío
en mis manos,
aquí adentro
la habitación está vacía.
Lejos de mi privilegio
escucho rezos
y veo mujeres destrozadas
persignando la oscuridad.
Nadie, absolutamente nadie,
me habló de la amargura
de un ejército de mujeres
con velas encendidas,
las he tenido que ver,
le cantan a la desilusión
y exigen que saque
sus cuerpos de la guerra.
Llevan la espalda azotada
y yo comienzo a gritar por ellas
/por mí/
el derecho de no creer en
un Dios que todo lo hace
pero que nada lo arregla.
Heroínas iracundas
personajes de protesta risible
brujas intelectuales
amantes a la espera
cuerpos deseados y
fragmentos secuestrados,
hoy renuncio a mis privilegios,
renuncio a esta habitación
porque quiero ir con ellas.
Porque andamos buscándonos
a sabiendas de que nosotras sí,
andamos para encontrarnos.
Comments