Hay un poema triste sobre mis mejillas, desciende por mis espinillas, usaré mascarillas en gel para librarme del poema triste, recitar un poema triste, gritar en una playa de
estacionamiento a falta de una natural, lágrimas secas bordean mis ojos, sacos lagrimales novelescos, déjenme llorar un día entero, para morir deshidratado, ella escucha a Carla Morrison, soy Bunbury en el 93; imitando a Jim en el 69;, los perros ladran fuera, los fantasmas visitan mis calles, los militares deben detenerlos; Carmelo duerme, papá duerme, yo sufro de insomnio.
Un poema triste de Bukowski, duerme a mi lado, otro de Leopoldo María Panero trata de violarme, ¡atrás poema triste de Panero, no soy ese tipo de hombre!
Ya me contaron que estas lleno se semen y rebeldía.
Un día papá dejará de respirar, y recurriremos a un poema triste, morirá Carmelo y no
adoptare otro gato, ya habré fallecido por mi mano, o la de mi Dios sabueso.
Cristhofer Javier Cornejo Sosa (Órganos, Perú 1996)
Escribir como diría Roberto Bolaño sólo escribir y ya.
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