Laura Aguirre
Llevo sobre mi pecho
una pequeña
y frágil mariposa,
vestigio de la contienda frustrada
con mi peor adversario.
"Si te quedas quieta
se posará sobre ti"
pero nadie me advirtió
que su llegada
me volvería
tan vulnerable.
Cambié mi rutina.
No soporta
que pregunten por ella.
Si pudiera entender
lo que trata de decirme
tal vez dejaría
de resguardarse
en el calor de mi alma.
Sus alas rojizas
que hoy
forman parte de mi piel
duelen cada día menos,
será
qué hemos aprendido
a respirar
a un mismo ritmo.
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