Juan Antonio Orozco
I
Al apagar la última luz me descubro ennegrecido,
yo, mis catorce años y un goteo
que nunca supe de donde proviene
todos enegrecidos
el fuego me nació prematuro
me nació de unas manos igual de prematuras
desnudando héroes de plástico
castrados
desnudos
castrados
expuestos en un patio de escuela
II
A cálculos del tacto inserto un VHS
que teñirá las paredes del azul más incómodo y luminoso.
así los hombres se vuelven hombres a los catorce
hombres
que podrán intercambiar revistas
y toqueteos de compas
hombres con el único fin de preservar su hombría
¿Cómo hacen ahora los hombres para serlo sin videocasetera?
- si la hombría llega con el pasmo
de no haber bajado el volumen antes de dar play-
III
La pubertad no es más
que el vapor de de la regadera
extendido por todas partes
A veces masturbarse es abandonar el tacto
pensarme su casa
ignorar el tacto
y pensarme su casa
IV
Lo cierto es que me llegó como tropel de niños en el techo
lo cierto es que me encontró
en la desnudez de un torso de mi edad
moreno
prematuramente desnudo y de mi edad
la hombría me llegó con un incendio en las manos
V
A veces volverse hombre es una puerta mal cerrada
o mal abierta
¿cómo se lo vas a decir a tus padres?
a veces se compra por seis pesos del dos mil cinco
te lo prohíbo
porque a veces la hombría llega montada en otro hombre
como jinete del apocalipsis
no me hagas esto
eso no eres tú
a veces la hombría
simplemente
llega y te vuelve puto
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