¿Triste de qué sirve estar?
Podría llorar,
y patalear,
podría gritar
y mis cabellos tirar.
Pero… ¿Para qué hacerlo?
si no me da provecho.
el herido no pienso serlo,
y todo ya está hecho.
¿Cuál es el sentido?
¿Cuál es la razón?
¿Acaso mi corazón se ha ido?
¿O solo es muy grueso el armazón?
“¿Triste para qué estar?”,
me pregunto una y otra vez.
“¿Para olvidar el malestar?”
y se salpica así mi tez.
Toma un momento,
para pensar y recordar.
sin ningún resentimiento,
solo hay que respirar.
Nada que temer tengo,
todo bien está ya.
solo sé de dónde vengo,
pero yo cruzaré la raya.
Pequeño paso en verdad,
pero de muchos el primero.
se va aprendiendo de maldad,
pero el puntaje baja a cero.
“¡Claro que aún lo amamos!”
coreamos en mi cabeza.
“¿Pero para qué una solución tramamos?”
y se ahogan las voces en cerveza.
“Siempre estamos pensando
en él y en cómo ahora pueda estar”.
sé que de mi están hablando,
pero… “¿Triste de qué sirve estar?”
Qué sencillo
Qué sencillo se vuelve fingir sonrisas
ocultar temores y dolores.
que sencillo es fingir las risas
y actuar sin interés.
Qué sencillo se torna el no hablar,
el no decir, el no pedir, el no luchar.
qué sencillo es callar y llorar
cuando uno está solo y no aguanta.
Qué sencillo se vuelve el pensar que no mereces más,
que eso es todo lo que tienes, tuviste y tendrás.
qué sencillo se vuelve el no querer ver más alla
de lo que la vida siempre te dio, incluso si es para mal.
Qué sencillo se vuelve el beber, el bailar sin ritmo ni gracia,
el ignorar y no escuchar, el dejar y abandonar.
qué sencillo es ya no pensar con claridad,
el dejarse llevar por la corriente equivocada, sin saber a dónde pararás.
Qué sencillo se vuelve, qué vergüenza,
el buscar el olor a tabaco a tu alrededor.
qué sencillo es decir que no te gusta,
cuando por dentro lo disfrutas por razones que no deberías.
Qué sencillo se está volviendo todo lo negativo,
lo malo, lo oscuro, lo feo, lo triste.
qué sencillo se volvió el hundirse sin nadar,
sin patalear, sin respirar.
Qué sencillo todo esto, para mí detrimento,
pero una cosa sigue igual aquí.
qué sencillo todo esto se volvió,
pero nunca ha sido sencillo no pensar en ti.
Adán Ortega. Nacido en La Huerta, Jalisco. Es estudiante de la licenciatura en Humanidades de la UdeG en Lagos de Moreno. Interesado en la literatura desde pequeño, ha intentado adentrarse en el mundo poético desde hace algunos años, buscando aprender y mejorar sus textos para crecer. Escribe para hacer catarsis la mayoría del tiempo y espera poder inspirar o hacer que otras personas se vean reflejadas en las líneas que crea.
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