Hechicera, Reina o Madre,
vida, coraje y esperanza nuestra
Dios te salve,
del olvido,
del silencio,
del infierno.
A ti clamamos las hijas de nadie.
A ti suspiramos y lloramos
en este valle de cuerpos,
donde las lágrimas caen en fosas
sobre rostros sin nombre.
Ea, pues, virgen secuestrada
Virgen violada
y odiada:
vuelve a nosotros esos tus ojos
de bruja de santa,
de amate sin vida.
Y después de este destierro,
muéstranos la vida
fruto eterno de nuestra lucha.
¿Quién te salva?
¡Oh magdalena! ¡oh piadosa!
no resucitarás al tercer día
ni lavarán la sangre de tus pies.
Hechicera, Reina o Madre,
vida, coraje y esperanza nuestra
¿Quién te salva?
del olvido,
del silencio.
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