Aarón Navarro
La ciudad era un canto refugiado en una prestigiosa bandera
Hombres ilustres dieron su vida por hacer prestigiosa la bandera
Algunos se divertían
Otros gritaban al mundo
Que voltearan a ver esa bandera que ninguno de ellos tejió.
Yo solía levantarme temprano
Apurar el órgano
A cultivar el Buda y que se hiciera más grande
Yo solía levantarme temprano
Y decirle cosas al mundo
Y también solía reconocerme por la mañana
Es decir, la vida era eso como hasta el mediodía
Después era otra cosa.
La ciudad cantaba
Y cantaba feo.
Yo solía hablarle al mundo
Me limpiaba la garganta y todo
Pero luego me di cuenta que no tenía muchas cosas qué decir.
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