Sam Peraza
Creo que ya es hora de decirte adiós.
De enterrar tu recuerdo en los pies de cualquier árbol que me encuentre. En cualquier jardín/parque que vea.
Tú me dijiste adiós desde hace casi un año.
Tú me hiciste mierda el corazón.
Me destrozaste y bailaste encima de ellos como cualquier gitano en fiestas alegres y febriles.
Tú me enterraste en cualquier fosa común que encontraste. Cualquier nido de ratas. Cualquier cantina de mala muerte que viste en la esquina de cualquier ciudad moribunda.
Tú, tú. Solamente tú fuiste capaz de cortarme la cabeza de tajo y dársela de comer a los buitres.
Aquella hermosa mujer.
De sonrisa perfecta.
Ojos defectuosos.
Mente brillante.
Detalles inigualables.
Tú.
La ladrona de media noche.
Aquella de la firma bajo la mía.
Tu que me partiste el corazón.
Yo. El que dejó todo por ti.
El que hizo a un lado cualquier consejo común y enseñanza artesanal.
El mismo que dejo de lado toda platicar artesanal con fines de superación.
Yo.
El que te entregó el corazón en bandeja de plata, misma que usaste como canastilla ante la trituradora.
Comments