Pueblo de nadie,
soy una de ellos,
no corrí tras de ti
cuando el cielo se rompió
encima de tus hombros,
las nubes te asfixiaron
al perder a quien tú amas
aquella noche de marzo.
El hueco de tus pasos,
la música de tus lágrimas,
tu pena
es todo mi pensar.
Lloré millones de tormentas
a las dos de la madrugada,
también puedo sentir de ella sus
reminiscencias en mis paredes,
tan cobarde fui,
mas respirar es tan difícil,
difícil para mí
verte así…
El fuego come la vieja casa de muñecas,
aquella de mi infancia
que está ya tan lejos,
no existen más nuestros juegos,
cobarde fui al no buscarte,
al sentir tu alma morir.
Cobarde soy por no cuidarte,
cobarde soy por no estar,
por callar tus gritos.
Mis alas de cuervo
abiertas están de miedo
a esta sórdida tierra,
mis ojos miran hoy tan diferente,
el azul no es mismo
de hace veinte años,
ni siquiera tú y yo.
Otro final quisiera escribir
a esa triste página,
regresarte el tiempo, jugar a ser Dios,
él no va a responder nuestras preguntas,
no por ahora,
si yo fuera él recuperaría la pieza
de la fotografía que faltará
hasta tu último día.
Te evito al volar entre laberintos,
mas siempre regreso a ti,
mas yo he de huir
porqué aún no puedo encontrarte
con la mitad de tu corazón,
porqué tan cobarde soy yo,
tan cobarde fui.
Krizia Fabiola Tovar Hernández. (Estado de México, 1996)
Algunos de sus escritos aparecieron en las revistas Reflexiones Alternas , Poetómanos, Awita de chale, Perro negro de la calle, MÁS Literatura, Prosa Nostra MX, Collhibrí, Teresa Magazine, Circulo literario de mujeres, Colectivo Multidisciplinario, Clan Kutral y El templo de las mil puertas. Actualmente estudia el último año de la licenciatura en Ciencias Humanas en el Centro Universitario de Integración Humanística.
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